05 diciembre, 2008

La primera cita

Es curiosa la mezcla de sentimientos que se encuentran en una primera cita, desde la ilusión hasta el miedo pasando por la esperanza y la intriga. Nunca sabes como saldrá, hay veces que ni tan siquiera sabes si es una cita o si tan solo son dos amigos que van al cine.

Mientras vas de camino te pasan por la cabeza miles de conversaciones, empezando por un ¿como lo saludo? Un "hola, que tal?"y luego un abrazo?, un beso en la mejilla? o un simple "vamos a pillar entradas antes de que se acaben"?... visualizas mientras caminas cada uno de tus gestos, cada una de tus expresiones y te vas diciendo "um, si le digo eso así puede entenderlo mal, mejor le digo que tal" y todo para qué? Cuando llegas alli le dices hola y por inercia le das dos besos, como a cualquier conocido que una se encuentra por la calle. El corazón te late tanto, que duele.

Y como has visualizado que vas a ir al cine, la ley de murphy se pone en marcha y resulta que ese dia no hay sesion matinal...y ahora qué? todos tus planes al traste, te sientes desnuda, el corazón ya ni duele porque se te ha parado en seco. Se suponía que ibas a verle, saludarle, comprar las entradas y entrar a ver la película. Y luego, cada uno a su casa a comer porque por la tarde había clase.

Y ahí estás, de pie, temblando, la cabeza te quema de lo rápido que intentas sacar una alternativa para no prolongar esa incómoda situación. No conoces la zona, con lo que tampoco sabes a donde ir. Pero él sí. Toma la iniciativa por segunda vez y te invita a dar una vuelta, los nervios están servidos, esas dos horas de película en las que tan sólo había que estarse callada y disfrutar del film se convierten en dos horas de conversación, "qué le cuento? como se lo digo? le digo que sí o le digo que mejor me piro a casa? ", miras dentro de ti y decides dejarte llevar. Las dos horas se convierten en 3 y media, han pasado volando, ni te has dado cuenta. Entre medias han pasado algunas cosas que te han hecho sentirte libre de decidir, sin complejos ni ataduras.

Y vuelves a casa tras 4 o 5 horas que te han dejado un regustillo muy dulce. No sabes muy bien que ha sucedido, no ha pasado nada, no se ha hablado de nada trascendental ni has visto esa pelicula, pero te lo has pasado bien. Y lo que es mejor, no eres la única que se ha quedado con ganas de repetir. No se ha visto esa pelicula? la excusa perfecta para volver otro dia a verla, compruebas que ese segundo día si haya cine, pero no te importaría encontrartelo cerrado de nuevo.

Hoy hace 8 años de aquella primera "cita".

tq:*

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